Alemania fue el único país europeo que durante el año 2015 ejerció una política de puertas abiertas con los refugiados. El país acogió un millón de personas en un año.
La llegada de miles de refugiados a Dresde provocó que la ciudad quedase dividida entre los ciudadanos que se implican en la acogida de los desplazados y los grupos de extrema derecha que rechazan a los inmigrantes. A partir de la situación actual, descubrimos que des de la Segunda Guerra Mundial, la acogida de refugiados ha sido una constante en Alemania y que el drama del exilio es el mismo en todas las guerras. Las historias de diferentes ciudadanos, entre los cuáles encontramos a anteriores desplazados de guerra que trabajan para integrar a los refugiados, nos recuerdan la importancia de conocer el pasado para poder entender el presente.