Djalal estaba obsesionado con los juegos de guerra antes de empezar a andar. Criado como hijo único en una familia catalana de clase media, sus padres le permiten todos sus caprichos. Tenía todo tipo de armas de juguete para jugar a ser soldado y, a medida que iba creciendo, sus juegos fueron cada vez más sofisticados. Empezó a grabarse a sí mismo en vídeo, recreando operaciones militares y a subir sus vídeos en YouTube, creando una identidad cibernética, Lord_Sex, con miles de seguidores. Siguiendo este sueño hasta el extremo, fue al frente afgano como francotirador. Pero en la guerra no hay tanta acción como en las películas.
Película ganadora del premio Gaudí 2016 al mejor documental.