En el año 1965, un grupo de maestros de Reus se unieron para crear una escuela. Su propuesta divergía peligrosamente del modelo de la Iglesia católica que impulsaba la dictadura franquista. La Escuela Mowgli suponía un gran desafío, no solo pedagógico sino también político y cultural.
La tenacidad y la pasión del equipo docente, junto con la confianza de los padres de alumnos que dieron soporte económico e ideológico al proyecto y la complicidad de algunos miembros de la sociedad, permitieron que los niños y niñas de la escuela pudieran educarse en libertad. Su aventura personal nos permite entender por qué este tipo de iniciativa proliferó en Cataluña durante los años 60 y cómo se convirtió, a partir de la década de los 80, en un modelo a seguir.