Un retrato de la bailarina Sol Picó des de arriba el escenario, pero también de su realidad una vez se cierran los focos y de su día a día en un momento crucial de su carrera, después de ganar el premio Nacional de la Danza.
La fuerza de su movimiento, pero también la delicadeza de los cambios rítmicos de su danza, crean un lenguaje muy personal que enlaza la danza contemporánea con elementos de otros mundos, creando así, una iconografía propia y con un sentido del humor siempre presente.
Sus zapatillas de punta roja y el uso peculiar que hace de ellas, así como la producción de espectáculos arriesgados que usan la música como elemento principal, son características distintivas de su trabajo.