Monsieur Hulot es un hombre amable y extravagante que vive en un barrio humilde. A menudo visita la casa de su hermana: una mansión ultramoderna donde todo está automatizado. El cuñado del Sr. Hulot no aprueba la estrecha relación entre éste y su hijo Gerald.
Jacques Tatí, que ya lo había hecho en Las vacaciones de M. Hulot, volvió a encarnar a este extravagante personaje en Mon oncle, convirtiéndolo en su alter ego delante de las cámaras y que fue tan querido por el público. Tatí utiliza de nuevo la comedia para realizar una crítica en forma de sátira a la sociedad moderna, consumista y su absurda obsesión por la tecnificación y la automatización.
La cinta, escrita, dirigida e interpretada, como ya era habitual, por el propio Tatí, fue merecedora del Premio Especial del Jurado en el Festival de Cannes de 1958 y del Oscar a la Mejor Película Extranjera en 1959.