Se conoce muy bien al Miró luminoso, al Miró de la búsqueda constante del infante interior, el surrealista que participó en la abstracción con su explosión de colores; pero lo cierto es que existe un Miró de figuras tan torturadas como lo fueron los tiempos que le tocaron vivir, un Miró obsesionado por reinventarse constantemente y no ser fagocitado por la institucionalizan de su arte. Existe también este Miró que quemaba sus cuadros y destruía su obra por no perder su capacidad de provocar, un Miró que se autodefinió como “el asesino de la pintura”.
Con este retrato íntimo, y con la ayuda de la figura del heredero del legado de Miró, su nieto, Joan Punyet, el documental pone una nueva mirada sobre la obra del genio.
Contaremos con la presencia de Albert Solé, director de la película.